Uno de los personajes más importantes de la cultura indígena, representado con su típica máscara colorida es el Aya huma.
Fuente: Aya Huma Free Walking, 2020
Su origen se remonta a los días del Inti Raymi y todo el mundo estaba de fiesta. Una noche, un viudo, triste y solo, después de haber asistido con comida y chicha a los bailarines que habían venido a visitarlo a su casa, se fue a dormir.
No pasó mucho tiempo cuando de repente escuchó el clamor del baile cerca de su casa. Las flautas de travesía sonaban con melodías guerreras, los pisadas enérgicas y las voces airadas de la animación complementaban el ritmo de la danza. Pensó que había llegado otro grupo de bailarines. Se levantó dispuesto a ofrecer comida y chicha pero se sorprendió porque los bailarines no habían entrado al pasillo de la casa como de costumbre, sino que estaban bailando solo en el patio trasero.
Se detuvo antes de salir porque estaba pasando algo diferente. El pisotón de los bailarines hacía temblar el suelo, la música de las flautas parecía venir de todas partes y las voces dominantes del baile se escuchaban como un trueno.
Fuente: Artstation.com
Antes de salir al patio trasero, miró por una puerta abierta y vio que los que bailaban de esa manera, eran seres con forma humana que tenían dos caras en la misma cabeza (una adelante y otra atrás), tenían grandes orejas y narices. Su cabello era espeso y desordenado. Algunos tenían bastones en la mano, otros llevaban (látigos) ushumpis y algunos tocaban la flauta con gran habilidad. Cuando notó sus extremidades inferiores, notó que vestían ropa cubierta de piel y que sus pies estaban al revés.
La aparición duró unos instantes y con la misma rapidez con que habían llegado, desaparecieron en el maizal y en ese momento todo estaba tan silencioso como antes. Por las características de estos bailarines excepcionales, el hombre entendió que los que habían venido a su casa eran el “Aya” que había escuchado de sus mayores. Estaba tan impresionado con la extraña apariencia que decidió hacer un atuendo similar.
Tratando de recordar cada detalle, se hizo una máscara de dos caras y se puso a bailar como el Aya. Dicen que este hombre nunca salió corriendo durante los bailes del Inti Raymi que duraban días y noches seguidos. Él fue quien guió y animó a los demás en todo momento. Nunca sufrió un accidente ni una caída, nunca fue derrotado en ninguna pelea; fue el primero en entrar en la pelea y el último en dejarla. Cuando bailaba, sus pies no tocaban el suelo y muchas veces dormía entre las espinas sin sufrir ningún daño. Solía bañarse y dormir junto a las cascadas, lagos, manantiales y otros sitios ceremoniales durante estas fiestas.
Fuente: Giphy
En cada Inti Raymi, este hombre demostró su gran fuerza y resistencia por lo que toda la comunidad respetaba y apreciaba. Un día desapareció de la comunidad por lo que los ancianos dicen que se lo llevó el Aya, a quien tanto intentó imitar. Dicen que este hombre aún vive en los valientes parajes de la Pachamama ayudando con la fuerza del Aya a fortalecer los cuerpos y espíritus de quienes lo buscan en cada baño ritual.
Adaptación de la web: https://leyendasdeecuador.club/diablo-huma/
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